Estrategia, Derechos Humanos y Obligaciones

Nueva Inglaterra, en el noreste de Estados Unidos, es famosa por su hermoso otoño. Hace unos 6 años hice un curso sobre Dirección Estratégica en la Universidad de Harvard que tuvo lugar en Byerly Hall en Radcliffe Yard, el centro del Instituto Radcliffe de Estudios Avanzados de la Universidad de Harvard. Fue, de hecho, un hermoso otoño también lleno de nuevas ideas y perspectivas sobre cuestiones estratégicas.
Abril, al inicio de la primavera, no es, todavía, el mejor momento para contemplar la naturaleza en Nueva Inglaterra pero, por supuesto, como siempre, Boston está lleno de oportunidades para aprender y ampliar tu mente. Este año volví a Radcliffe Yard para asistir a una conferencia sobre Derechos Humanos en Fay House. Tomando como base su contenido encontré paralelismos y preguntas cruciales entre Estrategia y Derechos Humanos y quiero compartirlas con ustedes:
- Nuestro orador expuso que el filósofo Wittgenstein una vez dijo que “es difícil empezar por el principio… cuando se trata de los Derechos Humanos”. Con la estrategia sucede lo mismo, ¿dónde está el principio? ¿es bueno volver al principio? ¿es posible?
- Debemos sistematizar la ética pero es muy difícil sistematizar la verdad ética. En los negocios es siempre vital “tener una estrategia clara y formal”…aunque no muchas compañías actúan de esta manera. Una cosa es “tener una estrategia formal” y otra totalmente distinta “realmente tener y poner en práctica una estrategia exhaustiva, profunda y sistemática”. La estrategia, una de verdad, siempre nos conduce hacia la verdad, la auténtica verdad de nuestra organización, qué hacer y, lo que es más importante, qué evitar. Pero no es sencillo… y es muy exigente.
- ¿Cuál es la naturaleza de los derechos humanos? ¿Qué son? ¿Qué entendemos por derechos humanos? La respuesta fue la siguiente: “los derechos morales que poseen todos los seres humanos simplemente por el hecho de serlo”. Me hizo pensar acerca de la definición en el Derecho Romano de Ius Naturale (Ley Natural) que se define como “quod natura omnia animalia docuit” (lo que la naturaleza enseña a todos los animales). Estos dos ejemplos me llevan a necesidad generalizada de una estrategia exhaustiva para toda organización y, en particular, para cualquier corporación. Todas, absolutamente todas las compañías necesitan una estrategia y necesitan prestarle atención, necesitan nutrirla, actualizarla y revisarla continuamente “sólo por el hecho de ser una organización”. Los que no toman esto en serio pagan caro el error.
- Los Derechos Humanos nos imponen tareas y obligaciones a los demás. Esto es, necesitamos respetarlos y no se nos permite hacer nada contra ellos. También la estrategia es muy exigente. Impone una serie de deberes a todos los miembros de la organización, especialmente a la Alta Dirección. Siguiendo la misma línea de razonamiento, la “violación de los derechos humanos impone penalizaciones” y exactamente lo mismo sucede con la estrategia. Aquellos que la “violan”, esto es, aquellos que no “predican con el ejemplo” e ignoran la estrategia deben ser castigados con claridad porque están poniendo en riesgo toda la organización.
- Uno de los problemas en materia de Derechos Humanos es la falta de rigor cuando se habla ellos. Es necesario estar bien informado, ser pragmático y audaz con respecto a estas cuestiones clave. Del mismo modo y por desgracia, es común la falta de conocimiento estratégico en los altos directivos y, lo que es peor, la falta de sabiduría estratégica. Cortoplacismo, ausencia de pensamiento lateral, seguir haciendo negocios como estamos habituados a hacerlo y similares deben ser erradicados.
¡Enorme tarea!
Por Enrique Cortés, PhD. Pensador y Consejero Estratégico.
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